NACIONAL CAMPEÓN URUGUAYO 2011/2012

El himno futbolero creció y se prendió en la piel de los fanáticos y los jugadores. Lo cantan con coraje y orgullo porque nace del alma. Dejó hace mucho rato de ser un simple rito de tribuna. Tiene la misma potencia que el zapatazo demoledor y brota del corazón con una voracidad de triunfo que no descansa. Lo saben todos. Y hay que aceptarlo, cuando cantan "es Nacional, hay que ganar", todos entienden que se hará ley. Porque ganan. Y no paran de ganar.

Nacional es campeón del Uruguayo. Otra vez más. No hay duda Nacional manda. Se impone con una racha fantástica desde el 2000 en adelante. Sus números rompen todo. Lo sufren los demás, porque ganar ocho campeonatos uruguayos de los últimos 13 es un registro lapidario. Demoledor.

Ayer, otra vez (ahora sin Lembo, sin `OJ`, sin Lodeiro, sin Munúa, sin Regueiro, sin Coates), el bolso confirmó que es el dueño del fútbol uruguayo. Es así. Y el partido final no hizo más que ratificarlo.

Además, no había manera de impedirlo. Cómo hacerlo si de un lado estaba un genio como Álvaro Recoba. El "Chino" jugó e hizo jugar. Regaló pisadas, toques precisos, algún cañito en la mitad del terreno, tremendos pases para Vicente Sánchez y un golazo de fantasía pura para encaminar la búsqueda del título.

Con Recoba solo inclinando la cancha, Nacional se permitió el lujo de perder a Tabaré Viudez por lesión cuando iban pocos minutos. Además, para ganar, para pisar fuerte, para tirar la camiseta por delante del adversario, el equipo de Marcelo Gallardo contó con la fuerza de dos volantes que barrieron todo.

Corriendo, cubriendo, tapando todos los espacios y hasta siendo cuidadosos con las entregas, Calzada y Píriz impidieron que la Viola pudiera acomodarse en la cancha.

Tan productivos fueron "Pochola" y Facundo que a los volantes violetas se les generaron problemas enormes para escapar de la presión, para encontrar un hueco que facilitara el pase entre líneas.

Claro, por más que lo buscara, por más que alguno se iluminara, el gran problema de Defensor Sporting era el de tirar abajo un espíritu triunfador. Esa sensación que siempre apareció en las zancadas de Christian Núñez, en la tranquilidad de Placente para salir jugando, en el buen manejo de Cabrera para jugar con la desesperación del rival.

Nacional estaba plantado para cumplir con su objetivo y su determinación parecía inquebrantable. A lo mejor le faltó un gol más (aunque con el de Recoba se pagaron todas las entradas) para sentenciar todo antes del pitazo final. Pero las jugadas para ello aparecieron. Estuvieron ahí, merodeando, porque el empuje no faltó nunca.

Imposible que eso sucediera con Scotti adentro del campo, con el "Canguro" Porta transformado en una especie de "guerrero" con ganas de luchar en todos los sectores.

Nacional campeón. Otra vez. Un grito repetido. Que se emite con orgullo porque los jugadores dan en la cancha lo que la gente quiere. Nacional campeón en Uruguay. En su tierra. Donde manda.

LAS ESTRELLAS

Álvaro Recoba

El dueño del espectáculo. Manejó la pelota y movió a su equipo. Hizo un golazo con definición de pura fantasía.

Facundo Píriz

Fue una máquina de cortar juego del rival. Marcó con decisión, salió a presionar y se llevó la pelota. Temple y fútbol.

M. Calzada

Marcó, quitó y jugó un disparate. Ahogó a Olivera, robó todo lo que fue a buscar y cuidó el balón en momentos decisivos.